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Thaumetopoea pityocampa hace sus nidos con la entrada del buen tiempo en los pinos, formando una telaraña de dimensiones considerables.
El término de procesionaria viene porque las solemos encontrar formando una fila una detrás de otra a modo de procesión.
Estas orugas son altamente tóxicas para nuestros perros, el principal problema radica en los numerosos pelos que recubren su cuerpo, los cuales tienen una enzima proteolítica que al entrar en contacto con la piel y/o mucosas de nuestras mascotas producen una necrosis y destrucción de tejidos.
¿Qué hacer?
Cuando veamos una fila de orugas lo principal que debemos hacer es evitar acercarnos a ellas, ya que cuando se mueren aplastadas liberan los pelos que recubren su cuerpo y si estamos cerca de ellas, puede que entren en contacto con nuestro perro y generen el cuadro de intoxicación.
Si nuestra mascota entra en contacto con los pelos de la oruga, bien porque las haya pisado, o si es un cachorro porque se haya acercado a olerlas y/o morderlas, lo primero que debemos hacer, es lavar la zona de contacto con abundante agua, si es posible caliente, porque desnaturaliza las enzimas proteolíticas de los pelos, no se debe intentar quitar los pelos frotando ya que romperíamos los mismos y liberaríamos más toxinas.
Después de este primer manejo de urgencia, debemos llevar a nuestro perro al veterinario para instaurar el tratamiento lo antes posible.
