Enfermedad infecciosa de origen vírico, muy contagiosa y con una alta tasa de mortalidad, que suele afectar tanto a conejos domésticos como a conejos silvestres.
El virus persiste cierto tiempo en el ambiente y los conejos pueden adquirir la enfermedad por vía oral, nasal o conjuntival, a través de las secreciones y excreciones (orina, heces, saliva, etc) o por contacto estrecho entre animal sano y enfermo.
Por lo general, los síntomas aparecen en animales de más de 8 semanas de edad. En conejos domésticos, se describe más frecuentemente la enfermedad aguda o sobreaguda, pero también se pueden observar la enfermedad subaguda y crónica.
- En la forma sobreaguda los conejos infectados desarrollan fiebre y mueren súbitamente de 12 a 36 horas tras la aparición de los síntomas, que pueden ser únicamente chillidos terminales seguidos rápidamente de convulsiones y muerte.
- En la forma aguda se puede observar depresión, fiebre, anorexia, hemorragias oculares, nasales o postración. Además, se pueden desarrollar signos neurológicos y signos respiratorios. Algunos animales que se recuperan de la enfermedad aguda desarrollan ictericia grave, con pérdida de peso y letargo, y mueren en unas pocas semanas.
- En la forma subaguda se observan síntomas similares pero más leves (hipertensión, depresión, anorexia..), y la mayoría de los conejos sobreviven.
- Se cree que las infecciones crónicas persistentes son asintomáticas.
Se puede sospechar de la presencia de EVH cuando varios animales mueren súbitamente tras un período de letargo y fiebre. Podemos realizar pruebas de laboratorio a través de una extracción de sangre o de una muestra de hígado.
Existen vacunas comerciales efectivas para el virus de la EVH.